martes, 28 de octubre de 2014

“Mi hermano es un gil”

Por Kanata

Atiende el teléfono y enseguida pone una condición que evidencia su soberbia: “Les doy la entrevista si la hacemos en Antares, de 19 a 20”. Luego de un silencio incómodo, intenta explicar su directiva: “Pasa que hay dos por uno, ¿viste?”.

Se trata de Alejo Bonetto, el jugador de Isótopos que se las ingenió para discutir feo con Balti (el único que lo consiguió). ¿Quién es este personaje? Un ser realmente extraño. Se hizo un tatuaje de Jordan y luego se lo tapó, fue hincha de Vélez y sus amigos lo acusan de poner excusas increíbles justo cuando están por salir para el boliche (dolor repentino de rodilla, es su argumento favorito).

El tipo se cree futbolista profesional y se viste como tal. Llega al punto de encuentro con chupines, un pantalón que no nació para ser usado por hombres, y una remera ajustada. Después del saludo, un ‘hola’ seco y bien cortante, desprende un nuevo pedido: “De foto quiero una selfie. En un rato se las mando al mail”.

Las cervezas llegan a la mesa y, de golpe, el mediocampista comienza a liquidar compañeros. Con ustedes, AleLAFIGURA. Así lo apodó el gil de su hermano.

- ¿Cómo te describirías futbolísticamente?

- Me considero un player cumplidor que cuando está confiado puede ser muy interesante. Muchas veces las cosas no salen dentro del verde césped, pero lo que nunca voy a negociar es la actitud; eso siempre está por delante de todo.

- ¿Cuál fue tu mejor partido del mes?

- Si bien en el último partido pude convertir y abrir mi cuenta personal en este rico plantel, me quedo con el partido en el cual sufrimos una dura derrota (6-2) porque si bien puedo sonar reiterativo, y bajo mi convicción, creo que en ese match dejé todo por el equipo… no así algunos de mis compañeros.

- ¿Sentís que llegaste a tu techo?

- No, soy nuevo en el plantel y con algunos jugadores todavía me estoy conociendo. Creo que puedo rendir más y elevar mucho mi nivel, pero para ello algunos deberían dejar el egoísmo de lado y pasar más el balón. Algunos compañeros se preocupan más por ser el jugador del mes antes que ayudar al equipo. Yo pienso diferente: si uno se sacrifica y piensa colectivamente los premios vienen solos, por ejemplo éste.

- ¿Cuál es tu objetivo personal en este torneo?

- Seguir brindándome por este maravilloso club que me lo ha dado todo, mi préstamo vence en breve y espero haber dejado contenta a esa gente que nos ha alentado en las buenas y en las malas.

- ¿Y el objetivo del equipo?

- Yo creo que el principal objetivo del equipo es poder seguir en este arduo camino hacia el ascenso lo que conllevaría a tener acceso a más cantidad de asados, lo cual une al grupo. Lo negativo es que la dirigencia está preocupada por el sobrepeso de algunos jugadores.

- ¿A qué compañeros imaginas en esta sección?

Veo a muchos con ganas, sobre todo aquellos que comparten mi ideal de juego y les sobra actitud. Los otros que no están dentro de estos muchos deberán cambiar su mentalidad.

- ¿A qué compañeros NO imaginas en esta sección?

- Hay un solo jugador que no creo que lo logre. Dice jugar bien al fútbol 5 y no se dio cuenta que esto es otra cosa. A ése no lo salva ni la actitud.

- ¿A qué jugadores llevarías a una final?

- Si es una final llevaría, además de Maxo, a un delantero que no se acobarde ante la magnitud de la situación. Ojalá me equivoque y nuestro jugador estrella contra equipos chicos se destape contra los gigantes. Los demás me han dado una grata sorpresa y compartiría con todos ellos una final, más que nada con mi hermano que ahora no me avergüenza y corre como un ser normal. Para los que no lo conocen, lo describo: mi hermano es un gil.

En el cierre de la charla, después de unas cuantas birritas, los roles están cambiados. Alejo luce simpático y jolgorioso; el periodista parece un zombi. “¿Cuándo hacemos otro asado?”, preguntó el más joven de los Bonetto antes del saludo final y, por último, agregó: “Digo, para ver si va Jony, que nunca puede…”.

miércoles, 15 de octubre de 2014

“Soy un rústico con buenas intenciones”


Por Kanata

Esta vez la entrevista no se realizó en la tradicional cafetería platense de 7 y 49. El periodista eligió otro punto de encuentro por miedo a que la Camarilla boicoteara la nota. Leonardo Boucartt llegó disfrazado de karateka (blanco de pies a cabeza y un cinturón marrón). “Antes de fin de año rindo para cinturón negro”, se excusó como si en un equipo de fútbol importara su jerarquía en artes marciales.

Leo se filtró en la segunda entrega de Isótopos Maradonianos gracias a un promedio de 7,33. En el primer partido fue lateral por la derecha y no redondeó una gran actuación; en el segundo se hizo cargo del arco y mantuvo la valla invicta; en el tercero se graduó de defensor: firme en la marca, preciso para salir jugando e invencible por la vía aérea. Ese día, contra 2Pala, hasta C.M.C. (Cristian Martín Cabrera o Como Muchas Cosas) admitió que fue la figura.

Volvamos al Karateka, como lo llaman sus compañeros, ésos que en más de una oportunidad lo han criticado en forma despiadada. El tipo tiene varias virtudes: es titular a pesar de ser el segundo futbolista más viejo del plantel (detrás de Botte, obvio), es el jugador con más presencias en la historia del club (23) y es el único que estuvo presente en todas las fechas gloriosas de la institución verdiblanca.

Con sushi de por medio arrancó una charla intensa, que dejó varias frases sorprendentes.

- ¿Cómo te describirías futbolísticamente?

- Soy un rústico con buenas intenciones, a veces logro lo que intento, pero siempre le pongo ganas.

- ¿Cuál fue tu mejor partido del mes?

- Pienso que hubo un partido en el que me consagré: recuerdo el cabezazo entre tres delanteros que buscaban el gol, sobre la hora, y se me pianta un lagrimón...

- ¿Sentís que llegaste a tu techo?

- No creo haber llegado a mi techo, con casi 35 años corro a pibes de 20... en la cancha también los corro.

- ¿Cuál es tu objetivo personal en este torneo?

- Salir de abajo tirándole un caño a algún delantero en algún partido crucial y hacer transpirar a mis compañeros (algunos transpiran poco). Pero de a poco, «primero aprende a caminar, después a volar» (gran enseñanza del señor Miyagi en Karate Kid 1).

- ¿Y el objetivo del equipo?

- Aunque algunos sueñan con el campeonato, la gran meta de todos es un gol mío de penal.

- ¿A qué compañeros imaginas en esta sección?

- Me imagino a cualquiera de mis compañeros en esta posición, yo fui muy criticado (¿constructivamente?) y utilicé eso a mi favor. En el grupo se critica bastante así que todos podemos ser figuras.

- ¿A qué compañeros NO imaginas en esta sección?

- Al único que no me imagino es al que yo creo que está entre los mejores: es un goleador con mucho peso ofensivo, le dicen Gordoleador, pero el encargado de asignar los puntajes siempre lo tira a menos. Creo que alguna interna lo afecta.

- ¿A qué jugadores llevarías a una final?

- Los llevaría a todos (se le pianta otro lagrimón). También llevaría algún plantel médico y equipo de radiografía portátil, porque serían muy necesarios. La que iría sola es la hinchada que va siempre.

Después de su última respuesta, se acomodó el karategui y saludó inclinándose hacia adelante. Se retiró en silencio. “Te noto asustado”, le dijo el periodista. Leo se dio vuelta pero no dijo nada. “Te quiero y quiero el ascenso”, gritó el excedido trabajador de prensa. El Karateka sonrió y pensó: ‘¡Qué físico descuidado!’.